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Gary Neville no escatimó en críticas durante su análisis en Sky Sports, calificando la primera mitad del Manchester United como "absolutamente asquerosa." [Gary Neville, Sky Sports] Afirmó que "la primera mitad fue lo peor que se puede ver," [Gary Neville, Sky Sports] señalando la evidente falta de urgencia y cohesión en el equipo. El exdefensor del United comentó, "fue una de las peores actuaciones que he visto bajo Ten Hag, y eso es decir algo." El partido estuvo marcado por una comunicación deficiente y vulnerabilidades defensivas, con Neville lamentando que los jugadores del United "podrían ser estatuas o maniquíes." [Ireland Live]
Reflejando las críticas de Neville, Ashley Young añadió que "no hubo esfuerzo, ni tasa de trabajo. No corrieron." Describió un equipo fragmentado y falto de liderazgo, afirmando que "todo fue malo desde el principio hasta el final." [Dan Ludlam, Hayters] Este fracaso general llevó a aficionados y analistas a cuestionar no solo la dedicación de los jugadores, sino también la estructura y dirección estratégica del equipo bajo Ten Hag.
Las estadísticas del partido respaldaron estas críticas, ya que el Tottenham registró un notable número de goles esperados (xG) de 4.67, subrayando su dominio durante el encuentro. Para el United, esta derrota trascendió las meras cifras; evidenció problemas sistémicos en la mentalidad y ejecución táctica de la plantilla.
La expulsión de Bruno Fernandes justo antes del descanso intensificó las críticas hacia el United. Su entrada sobre James Maddison resultó en una tarjeta roja directa, desatando un debate entre expertos y aficionados. Mientras que Neville apuntó que "simplemente resume al Manchester United en esta primera mitad," [Jacob Leeks, The Mirror] también reconoció las desafortunadas circunstancias que rodearon el incidente, afirmando que "se resbaló justo antes de la entrada, pero no se va a salir con la suya."
Jamie Redknapp y Ashley Young coincidieron en que la tarjeta fue excesivamente rigurosa, con Redknapp describiéndola como "petulante, fue un poco infantil," [Jacob Leeks, The Mirror] sugiriendo que una tarjeta amarilla hubiera sido más adecuada. Esta perspectiva resonó entre otros comentaristas, enfatizando la naturaleza controvertida del arbitraje en este encuentro. En última instancia, la decisión no solo alteró la dinámica del juego, sino que también dejó al United lidiando con una ausencia significativa en su alineación para los partidos venideros.
Tras la tarjeta roja, las dificultades del United se agudizaron, permitiendo a los Spurs capitalizar y ampliar su ventaja. El momento de la expulsión de Fernandes apagó cualquier esperanza restante de una remontada, culminando en una mayor desilusión entre los aficionados locales.
La derrota ha intensificado el escrutinio sobre el entrenador Erik ten Hag, quien ahora enfrenta crecientes exigencias para su destitución. Con el United estancado en el 12° lugar, Neville advirtió que "la presión va a aumentar esta semana - va a ser brutal." [The Irish News ] Instó a cambios inmediatos, subrayando que "este es un día impactante y desalentador," [Ireland Live] y que el club necesita revertir rápidamente la tendencia de actuaciones mediocres.
Las reacciones post-partido de los aficionados han sido igualmente cáusticas, con muchos expresando sus frustraciones a través de las redes sociales y cánticos dirigidos a Ten Hag. Expresiones como "¡Ten Hag fuera!" [Neil Docking and Oli Gamp, Daily Star] reflejan el creciente descontento y la inquietud sobre la trayectoria y el rendimiento del equipo bajo su dirección.
A medida que el United se prepara para sus próximos encuentros, incluyendo un partido de la Europa League fuera de casa contra el Porto, la atención sin duda se centrará en cómo Ten Hag enfrenta estos desafíos. ¿Logrará revertir la situación y restaurar la confianza dentro de una plantilla asediada, o el clamor por un cambio se volverá demasiado pronunciado para ignorar?