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La expulsión de Bruno Fernandes, ocurrida justo antes del descanso, ha emergido como un tema central de debate tras el encuentro. Muchos expertos coinciden en que este incidente fue determinante para el resultado final. Erik ten Hag señaló: "Conceder un gol después de dos o tres minutos así, afectó nuestra confianza. Totalmente innecesario." El desafío del capitán sobre James Maddison, considerado imprudente por el árbitro, resultó en una tarjeta roja directa, decisión que Fernandes cuestionó al afirmar: "Si [el árbitro] quiere darme una amarilla, estoy de acuerdo. Pero más que eso, no." Su ausencia en la segunda mitad dejó al United en una situación complicada, subrayando cómo un solo momento puede alterar la dinámica de un partido.
Sin embargo, la tarjeta roja solo reflejaba una primera mitad desastrosa en la que el United ya mostraba signos de debilidad. Gary Neville destacó la falta de urgencia del equipo, afirmando: "Ha sido tan malo como se puede – sin urgencia, sin vida en ellos. El Tottenham está cortando a través de ellos a voluntad." Esto pone de manifiesto no solo el impacto del incidente, sino también problemas más profundos que afectan la estructura y mentalidad del equipo.
En este sentido, el rendimiento del conjunto debe ser analizado más allá de la mera tarjeta roja. El gol temprano del Tottenham, resultado de un desorden defensivo, estableció un tono alarmante para el encuentro. "La primera mitad del United fue absolutamente lamentable," continuó Neville, enfatizando que los problemas eran más profundos que el error de un solo jugador.
El rendimiento global del Manchester United ha estado bajo un escrutinio feroz, caracterizado por una actuación desarticulada que careció tanto de calidad como de cohesión. Jamie Redknapp afirmó: "Han sido abyectos – sin confianza, sin identidad. Ha sido tan pobre de su parte." La falta de conexión como unidad cohesiva era evidente, con los jugadores mostrando una clara incertidumbre respecto a sus responsabilidades en el terreno de juego.
El exjugador del United, Ashley Young, se hizo eco de estas reflexiones al comentar: "Todo parecía desarticulado. Parecía que había demasiados individuos por todas partes." [Matt Addison, Liverpool.com] Este caos refleja un problema más amplio dentro del club, donde los jugadores parecen incapaces de ejecutar la visión táctica de Ten Hag de manera efectiva. La incapacidad para realizar tareas básicas, como seguir a los oponentes o mantener la posesión, plantea serias dudas sobre la preparación y la agudeza mental del equipo.
Las estadísticas del partido evidencian aún más esta lucha, con el Tottenham registrando 24 disparos frente a los pobres 12 del United. Esta disparidad en la intención de ataque subraya la urgente necesidad de que el United establezca una identidad clara y un plan de juego en el futuro. Como admitió el propio Ten Hag, "Comenzamos el partido muy mal," [Samuel Luckhurst, Manchester Evening News] sugiriendo que el equipo no respondió adecuadamente a los desafíos planteados por sus oponentes desde el inicio.
La derrota ha intensificado el escrutinio sobre el futuro de Erik ten Hag al frente del Manchester United. Con el equipo situado en el 12° lugar tras un inicio de temporada desalentador, el exjugador Robbie Savage comentó: "Creo que tienen que tomar una gran decisión esta semana - creo que su tiempo podría estar llegando a su fin." Este sentimiento se repite entre muchos en los medios y entre los aficionados, a medida que los llamados a un cambio de entrenador se vuelven cada vez más insistentes.
A pesar de los éxitos anteriores de Ten Hag, que incluyen una victoria sobre el Manchester City en la final de la FA Cup, la actual forma del equipo ha suscitado dudas sobre su capacidad para provocar un cambio. "Simplemente no veo cómo puede mantener su trabajo con estas actuaciones," [Irish Examiner] declaró Redknapp, encapsulando la precaria situación de Ten Hag. La presión es palpable, con cánticos de "te van a despedir en la mañana" [Oli Gamp, The Mirror] resonando en Old Trafford a medida que avanzaba el partido.
A medida que el club se prepara para encuentros cruciales contra el Porto y el Aston Villa, la necesidad de un cambio inmediato se hace evidente. El United debe hallar la forma de recuperar su posición en la liga, o arriesgarse a enfrentar mayores consecuencias y, potencialmente, un cambio en el liderazgo. Con las apuestas tan altas, las próximas semanas serán decisivas tanto para Ten Hag como para el futuro del Manchester United.