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El desempeño del Manchester United ante el Tottenham fue un verdadero desastre. Como señaló el exjugador Gary Neville, "Fue un rendimiento absolutamente asqueroso en esa primera mitad en esfuerzo, calidad, todo lo que querrías en un equipo de fútbol." [Irish Independent] Este sentir fue corroborado por Jamie Redknapp, quien describió al United como carente de "confianza, identidad" [Tomas Doherty, BreakingNews.ie] y siendo "tan pobre." [Tomas Doherty, BreakingNews.ie] La notable falta de urgencia y energía de los jugadores condujo a una primera mitad que hizo que aficionados y analistas se cuestionaran la dirección del equipo.
Además, las estadísticas del encuentro reflejan con claridad las carencias del United. El equipo solo logró realizar dos disparos a puerta, mientras que el Tottenham acumuló una asombrosa cifra de 24 intentos. "No te habrías quejado en absoluto como aficionado del United si los Spurs hubieran marcado seis, porque han sido mucho mejores," [Tomas Doherty, BreakingNews.ie] lamentó Neville. La abrumadora superioridad mostrada por los Spurs destacó la alarmante situación del plantel del United y sus dificultades para recuperar cualquier atisbo de competitividad.
A medida que avanzaba el partido, se hizo cada vez más evidente que el Manchester United carecía de cohesión y disciplina táctica. Incluso antes del incidente de la tarjeta roja, el equipo no logró contener el potencial ofensivo del Tottenham. "Los jugadores parecen muertos hoy, se ven planos. No saben lo que quieren," observó Paul Scholes, capturando la esencia caótica de la actuación del United.
Uno de los momentos más significativos del encuentro fue la expulsión de Bruno Fernandes, lo que generó un amplio debate. El capitán del United recibió una tarjeta roja directa tras una entrada sobre James Maddison, una decisión que muchos—incluidos Redknapp y Ashley Young—consideraron desproporcionada. Young afirmó, "No creo que sea una falta grave o imprudente," [Jamie Braidwood, The Independent] señalando que Fernandes se resbaló antes de hacer contacto. Este incidente dejó al United con la monumental tarea de intentar una remontada con diez hombres.
A pesar de la controversia en torno a la tarjeta roja, es fundamental reconocer que el rendimiento del United ya se encontraba flaqueando antes de ese momento. El gol temprano del Tottenham estableció un tono desalentador, y como reflexionó más tarde Fernandes, "No comenzamos bien el partido cuando era 11 contra 11." La tarjeta roja solo sirvió para intensificar los problemas preexistentes en el equipo, llevando a aficionados y analistas a preguntarse si realmente fue el punto de inflexión en una actuación ya desastrosa.
A medida que Ten Hag se prepara para los próximos compromisos sin su capitán, la atención se centra en cómo el equipo gestionará su ausencia. "La tarjeta roja cambió todo," [Richie Mills, TEAMtalk] admitió Ten Hag posteriormente, reconociendo el impacto que tuvo en la moral y la estructura del equipo.
Tras esta derrota, el foco se ha centrado en el entrenador Erik ten Hag, quien ahora enfrenta un aumento del escrutinio respecto a su posición en el club. "Creo que tienen que tomar una gran decisión esta semana - creo que su tiempo podría estar llegando a su fin," comentó Robbie Savage, reflejando los sentimientos de numerosos aficionados y analistas que consideran que el entrenador no ha logrado los resultados esperados. Después de un deslucido octavo puesto el año anterior, la presión por obtener resultados solo ha crecido.
Los críticos cuestionan el enfoque táctico de Ten Hag y su habilidad para motivar eficazmente a sus jugadores. Como observó Neville, "Habrá muchas preguntas que responder para ese grupo (de jugadores) y el entrenador en la próxima semana." [Irish Independent] Muchos aficionados sienten que, a pesar de la considerable inversión en la plantilla, el equipo parece estar retrocediendo en lugar de avanzar.
Además, con jugadores clave como Fernandes ahora suspendidos para los próximos encuentros, los desafíos para Ten Hag se multiplican. A medida que se enfrenta a una serie de compromisos exigentes en la liga y la Europa League, los próximos partidos podrían resultar cruciales no solo para la clasificación del equipo, sino también para su futuro al frente del Manchester United.