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Jared Kushner ha captado la atención pública por su postura firme en contra de un alto el fuego, afirmando que "Israel no tiene forma de retroceder. No pueden permitirse no terminar el trabajo ahora." [גליה גור זאב, JDN] Esta perspectiva resuena con una creciente inquietud entre ciertos funcionarios estadounidenses acerca de los peligros potenciales de interrumpir las operaciones militares en este momento crítico. Kushner subrayó la necesidad de que Israel desmantelase el arsenal que representa una amenaza, sosteniendo que "Nunca tendrán otra oportunidad." [גליה גור זאב, JDN] Sus comentarios llegan en respuesta a los llamados a la moderación de diversas facciones políticas, evidenciando las opiniones divergentes sobre cómo abordar el conflicto en curso.
Además, la declaración de Kushner de que "He dedicado innumerables horas estudiando Hezbollah" resalta su profundo compromiso con las complejidades del panorama del Medio Oriente. Señaló los éxitos tácticos alcanzados por Israel, argumentando que la oportunidad actual para neutralizar a Hezbollah es excepcional. Afirmó que "No aprovechar plenamente esta oportunidad para neutralizar la amenaza es irresponsable," [דב גיל-הר, כאן | תאגיד השידור הישראלי] un sentimiento que resuena con los defensores de una acción militar decidida en la región.
En medio de las discusiones sobre un posible alto el fuego, la posición de Kushner plantea interrogantes relevantes sobre el futuro de las relaciones entre EE. UU. e Israel. Sostuvo que "El presidente Trump decía a menudo que 'Irán nunca ha ganado una guerra, pero nunca ha perdido una negociación'" [ynet ידיעות אחרונות], sugiriendo la creencia de que la presión militar podría generar un entorno de negociación más favorable a largo plazo.
Kushner ha calificado la eliminación del líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, como "el día más importante en el Medio Oriente desde el avance de los Acuerdos de Abraham." [גליה גור זאב, JDN] Esta afirmación sugiere un posible cambio en el equilibrio de poder en la región, indicando que las actuales acciones militares podrían redefinir las alianzas geopolíticas y las dinámicas de seguridad. Afirmó que "Irán está ahora completamente expuesto," aludiendo a una vulnerabilidad percibida que Israel podría aprovechar.
Al caracterizar las acciones militares recientes como un momento decisivo, Kushner sugiere que podrían dar inicio a una nueva era en la política del Medio Oriente. Afirmó que "A medida que los proxies y amenazas iraníes se disipan, la seguridad y prosperidad regional aumentarán para cristianos, musulmanes y judíos por igual," [הידברות] defendiendo una visión de estabilidad regional que trasciende las divisiones sectarias.
Este punto de vista no está exento de críticas, ya que algunos argumentan que tal enfoque podría intensificar las tensiones e incitar a un conflicto mayor. Sin embargo, los comentarios de Kushner reflejan una mentalidad estratégica orientada hacia objetivos de seguridad a largo plazo, que él cree que podría conducir a un Medio Oriente más pacífico y próspero.
La firme oposición de Kushner a los llamados a un alto el fuego revela una significativa división en las perspectivas sobre la gestión del conflicto. Argumentó que "Quienes piden un alto el fuego en el Norte están equivocados," [דב גיל-הר, כאן | תאגיד השידור הישראלי] enfatizando que cualquier retirada podría poner en peligro la seguridad de Israel. Su crítica se extiende a la administración de Biden, que ha enfrentado una creciente presión para abogar por la moderación, sugiriendo que tales posiciones pueden estar influenciadas por consideraciones políticas internas en lugar de realidades regionales.
En este contexto, el llamado de Kushner para que EE. UU. respalde los objetivos militares de Israel resuena con aquellos que ven el momento actual como una oportunidad única para abordar amenazas de seguridad de larga data. Sostuvo que "Esto ya no es solo la lucha de Israel," [סרוגים] enmarcando el conflicto como uno que conlleva implicaciones más amplias para los intereses y aliados de EE. UU. en la región.
A medida que el debate continúa, las narrativas contrastantes sobre la acción militar frente a las soluciones diplomáticas destacan las complejidades de la política exterior de EE. UU. en el Medio Oriente. La perspectiva de Kushner introduce un sentido de urgencia en las discusiones en curso, sugiriendo que las decisiones tomadas ahora podrían tener consecuencias perdurables para el futuro de la paz y la estabilidad en la región.