Revista de prensa ~ Global News Roundup (English) ~ Revue De Presse Internationale (Français)
❎ |
El asesinato de Hassan Nasrallah ha desatado una amplia variedad de respuestas a nivel internacional, evidenciando las profundas divisiones que marcan la política actual. En Estados Unidos, el presidente Joe Biden manifestó su apoyo, afirmando: "La muerte de Nasrallah en un ataque aéreo israelí es justicia para sus muchas víctimas, incluidos miles de estadounidenses, israelíes y libaneses." [דבר] Esta declaración refleja un respaldo más amplio de Occidente hacia la operación, presentándola como una medida necesaria en la lucha contra el terrorismo. Por otro lado, cinco naciones del Medio Oriente han declarado días de luto, subrayando la naturaleza profundamente polarizadora de este incidente.
La reacción de Irán ha sido especialmente significativa, ya que el Líder Supremo, Ali Khamenei, expresó sus condolencias por Nasrallah, describiéndolo como "el mártir santo, portador de la bandera de la resistencia en la región." [דבר] Esta afirmación resalta el compromiso de Irán con sus aliados en la zona, posicionando a Nasrallah como un mártir en la lucha contra la hostilidad percibida de Occidente. La yuxtaposición de reacciones festivas en ciertos lugares árabes y de luto en otros ejemplifica el intrincado entramado de alianzas y rivalidades que caracterizan la geopolítica del Medio Oriente.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, aprovechó la ocasión para criticar a Israel, calificando sus acciones como parte de "la política genocida, ocupación e invasión de Israel." [דבר] Sus declaraciones resuenan con una narrativa más amplia en la región que retrata a Israel como el agresor, complicando aún más el panorama político. Las respuestas de diversas naciones no solo iluminan las diferentes perspectivas sobre el legado de Nasrallah, sino que también sientan las bases para posibles conflictos futuros en una región ya volátil.
Las repercusiones del asesinato de Nasrallah trascienden las reacciones inmediatas; representan un posible punto de inflexión para Hezbolá y su posición estratégica en la región. Los analistas sostienen que "la eliminación de Nasrallah supone un severo golpe para la organización y para Irán," [Israeldefense.co.il] lo que pone de manifiesto la considerable pérdida de liderazgo dentro de Hezbolá. Este desarrollo plantea interrogantes significativos sobre el futuro de la organización y su capacidad para mantener la cohesión entre sus filas.
En la secuela de este acontecimiento, proliferan las especulaciones sobre las posibles estrategias de respuesta de Hezbolá. Como señala un informe, "casi todos los líderes de la organización han sido asesinados, dejando caos en las filas de mando." [ערוץ 13] Este entorno tumultuoso podría obstaculizar su capacidad para llevar a cabo una respuesta de represalia efectiva, lo que genera preocupaciones acerca de su habilidad para mantener operaciones en medio de la agitación interna. El vacío de poder dejado por la muerte de Nasrallah podría incitar una lucha por el liderazgo que desestabilice aún más al grupo.
Además, el papel de Irán como principal apoyo de Hezbolá está bajo el escrutinio. Con el liderazgo iraní buscando supuestamente salvaguardar sus activos en la región, surge la pregunta de si "Irán puede movilizar a sus aliados en Irak, Siria o Yemen" para retaliar contra Israel. La intrincada red de alianzas en la región sugiere que las repercusiones de la muerte de Nasrallah podrían desencadenar un conflicto más amplio, ya que Irán podría esforzarse por reafirmar su influencia a través de grupos proxy en todo el Medio Oriente.
Las reacciones del público ante el asesinato de Nasrallah varían notablemente en toda la región, evidenciando las profundas divisiones ideológicas que persisten. En Líbano, muchos ciudadanos expresaron un sentido de profunda pérdida, como lo ilustran sentimientos como "una gran pérdida. Esperaremos la respuesta." [דבר] La incertidumbre en torno al futuro liderazgo de Hezbolá ha dejado a muchos en Líbano aprensivos respecto a la posibilidad de una creciente violencia e inestabilidad.
Por el contrario, se desataron celebraciones en ciertas zonas, notablemente en Trípoli, donde los residentes "celebraron la muerte de Nasrallah," [דבר] reflejando las emociones complejas vinculadas a su legado. Esta división en el sentimiento público resalta cómo el liderazgo de Nasrallah fue percibido a través de lentes sectarias y nacionales dispares, con algunos considerándolo un héroe y otros un tirano.
A medida que varias facciones dentro de Líbano y más allá reaccionan a la noticia, el futuro se presenta incierto. La situación es fluida, lo que lleva a muchos a preguntarse, "¿Quién liderará la lucha ahora?" [דבר] Esta ambigüedad podría precipitar cambios en las dinámicas de poder, no solo dentro de Hezbolá, sino también en todo el panorama más amplio del Medio Oriente.