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Recientes informes de inteligencia indican que "Israel puede haber comenzado una maniobra limitada en Líbano," [i24NEWS] con fuentes estadounidenses sugiriendo que las fuerzas israelíes han iniciado o se preparan para operaciones militares a pequeña escala cerca de la frontera libanesa. Estas acciones tienen como objetivo neutralizar los bastiones de Hezbollah que representan una amenaza inminente para el norte de Israel. Las Fuerzas de Defensa de Israel parecen estar en un estado elevado de preparación, evidenciado por un incremento en el despliegue de tropas y activos militares en la región, lo que subraya su disposición. "Ahora se puede decir: 'Nos preparamos durante varios días,'" reflejando la meticulosa planificación que respalda estas operaciones.
Sin embargo, si Israel optará por una invasión terrestre a gran escala sigue siendo un interrogante. "Parece que Israel aún no ha decidido si lanzar una operación terrestre a gran escala," lo que resalta la postura cautelosa adoptada por el liderazgo israelí. Los funcionarios subrayan que cualquier acción terrestre probablemente será limitada en su naturaleza, destinada a alcanzar objetivos específicos sin expandirse a un conflicto más amplio. La prioridad fundamental es garantizar el regreso seguro de los civiles al norte de Israel, tal como lo enfatizan las autoridades militares: "La clave es cumplir la promesa a decenas de miles de personas desplazadas del norte de que pueden regresar a casa." [בחדרי חרדים]
Además, el cálculo estratégico debe considerar las posibles repercusiones de Irán y sus aliados, lo que podría complicar aún más una situación ya volátil. "Hay muchos riesgos en la región," [יואב זיתון, ynet ידיעות אחרונות] es un sentimiento que resuena entre los funcionarios estadounidenses, quienes expresan su preocupación por las consecuencias regionales de las iniciativas militares israelíes.
Las operaciones militares en curso han tensado las relaciones entre EE. UU. e Israel, especialmente tras el asesinato de Nasrallah. Los informes indican que el Secretario de Defensa de EE. UU., Lloyd Austin, expresó una considerable frustración por no haber sido informado con antelación sobre la operación. "Un alto funcionario estadounidense dijo que Israel rechazó propuestas para un alto el fuego, y el propio presidente Biden pidió un alto el fuego en el Medio Oriente," revelando la preferencia de la administración estadounidense por una solución más diplomática a las crecientes tensiones.
A pesar del costo civil y el potencial de violencia creciente, los líderes israelíes han reafirmado su compromiso de enfrentar a Hezbollah militarmente, priorizando la acción sobre el compromiso diplomático. "Israel no está escuchando los repetidos llamados de la administración Biden para encontrar una solución diplomática a la crisis," [מעריב און ליין] lo que señala una notable divergencia en las prioridades estratégicas entre los dos aliados. Esta dinámica plantea interrogantes urgentes sobre el futuro del apoyo estadounidense y la estabilidad a largo plazo de la región.
A medida que las tensiones aumentan, el doble énfasis en la preparación militar y las iniciativas diplomáticas refleja un equilibrio frágil. El contexto más amplio de la estrategia de EE. UU. en el Medio Oriente busca mitigar riesgos mientras afirma el derecho de Israel a la autodefensa. "Nuestro objetivo es debilitar los conflictos en curso," [אור הלר, ערוץ 13] declaró el presidente Biden, resaltando las complejidades involucradas en alcanzar la paz en esta tumultuosa región.
Para los habitantes del norte de Israel, el aumento militar y las hostilidades en curso subrayan una existencia diaria marcada por la incertidumbre y el temor. "Los residentes en Galilea informan hoy sobre movimientos militares inusuales en la zona," [JDN] a medida que se intensifican los preparativos militares. Esta situación precaria ha dado lugar a considerables interrupciones en la vida cotidiana, con numerosas familias desplazadas y viviendo en un estado de incertidumbre respecto a su futuro.
Las autoridades locales están colaborando estrechamente con las fuerzas de seguridad para salvaguardar a las poblaciones civiles, no obstante, el costo psicológico para los residentes es profundo. "Las autoridades locales están en contacto constante con las fuerzas de seguridad para preparativos apropiados," [מעריב און ליין] esforzándose por tranquilizar a los residentes mientras se preparan para posibles escaladas. La prioridad en la seguridad de los civiles sigue siendo fundamental, dado que las operaciones militares conllevan riesgos inevitables para los no combatientes.
A medida que la situación continúa evolucionando, no se deben pasar por alto las implicaciones humanitarias. "Cuando las tensiones de seguridad lo exigen," las operaciones militares deben calibrarse cuidadosamente para evitar agravar la difícil situación de los civiles atrapados en el fuego cruzado. Persiste la esperanza de que las soluciones diplomáticas puedan complementar las acciones militares, facilitando un regreso a la paz y estabilidad en la región.