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Informes recientes de inteligencia indican que Israel está movilizándose para "movimientos a lo largo de la frontera con Líbano" [מעריב און ליין], que podrían involucrar operaciones militares específicas diseñadas para neutralizar las posiciones de Hezbollah cercanas a la frontera. Fuentes han revelado que "Israel se está preparando para una maniobra terrestre limitada en Líbano" [ynet ידיעות אחרונות] con el fin de proteger a los residentes del norte que se han visto desplazados por las hostilidades en curso.
A medida que las tensiones se intensifican, el ejército israelí ha incrementado notablemente su presencia en las cercanías de la frontera, con un considerable despliegue de vehículos pesados y tropas en previsión de un posible compromiso terrestre. Los observadores han notado "un aumento en el movimiento de vehículos militares, incluidos transportes de personal blindados y tanques" [מעריב און ליין], lo que indica un serio nivel de preparación operativa. El objetivo aparente es montar una respuesta rápida y efectiva ante cualquier amenaza planteada por Hezbollah.
A pesar de la considerable acumulación militar, una decisión definitiva sobre el inicio de una operación terrestre de gran escala aún no ha sido tomada. Funcionarios han sugerido que "parece que Israel aún no ha tomado una decisión final" sobre si llevar a cabo una acción militar integral; sin embargo, están claramente preparados para tal eventualidad si fuera necesario.
La comunidad internacional está atenta a estos desarrollos, con especial interés por parte de Estados Unidos, que ha expresado su preocupación ante la posibilidad de una mayor escalada. Tras el asesinato de Nasrallah, el presidente de EE. UU., Joe Biden, comentó: "Ahora es el momento de un alto el fuego", subrayando la necesidad de esfuerzos diplomáticos para resolver el conflicto, incluso mientras Israel continúa con sus acciones militares.
En este contexto, informes indican que Israel ha desestimado llamados a un alto el fuego, incluidas propuestas limitadas de líderes europeos, mientras prosigue con sus ataques contra objetivos de Hezbollah. Un alto funcionario estadounidense comentó que "Israel rechazó una propuesta de alto el fuego", enfatizando la persistente discrepancia entre la estrategia militar israelí y las iniciativas diplomáticas estadounidenses.
A medida que la situación evoluciona, las implicaciones para la estabilidad regional son significativas. Los analistas advierten que si Israel cesa sus operaciones prematuramente, "podría permitir que Irán restaure las capacidades de Hezbollah", lo que potencialmente envalentonaría al grupo y desestabilizaría aún más la región.
Dentro del marco de la estrategia militar, los líderes israelíes destacan la urgencia de sus operaciones. El jefe de Estado Mayor, Herzl Halevi, declaró: "Esto significa que tus botas militares, tus botas de maniobra, están entrando en territorio enemigo", resaltando la necesidad de una acción decisiva contra la infraestructura militar de Hezbollah. Esta visión refleja una estrategia más amplia destinada a mitigar la amenaza que Hezbollah representa para la seguridad israelí.
Además, las Fuerzas de Defensa de Israel no se enfocan únicamente en objetivos militares inmediatos; también están formulando estrategias para garantizar la estabilidad a largo plazo en la región. Fuentes militares sostienen que "para devolver a los residentes del norte a sus hogares", es imperativo neutralizar de manera efectiva las capacidades de Hezbollah a lo largo de la frontera.
La determinación del ejército se enfatiza aún más con los continuos ataques aéreos dirigidos a los activos operativos de Hezbollah, enviando un mensaje claro: "No paramos, seguimos atacando", asegurando que el grupo no pueda reagruparse ni retaliar fácilmente.