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Durante una reciente conferencia de prensa, el Primer Ministro Najib Mikati afirmó: "No tenemos otra opción que la opción diplomática, y no importa cuánto dure la guerra, volveremos a la Resolución 1701," subrayando el compromiso del gobierno libanés de buscar vías diplomáticas ante la creciente violencia. Estas declaraciones se producen en medio de un aumento de las acciones militares y un incremento en las bajas, mientras advierte que "el número de personas desplazadas podría alcanzar un millón desde el sur, Bekaa y los suburbios" [النهار] debido al conflicto en curso. Esta realidad resalta la necesidad urgente de un alto el fuego, ya que el gobierno busca entablar un diálogo productivo para evitar más derramamiento de sangre.
Además, Mikati enfatizó la necesidad de colaboración internacional, declarando: "Exigimos un alto el fuego en todos los frentes," [Elnashra.com] lo que refleja el deseo del gobierno libanés de lograr una cesación de hostilidades integral que incluya a todas las partes implicadas. Este enfoque en la diplomacia, en lugar de un compromiso militar, ilustra un cambio estratégico destinado a estabilizar la región y proteger la vida civil en medio del caos.
A medida que la situación evoluciona, queda claro que el gobierno libanés está explorando activamente canales diplomáticos. Mikati comentó: "Vayamos al acuerdo, y el ejército libanés está listo para esto," [MTV Lebanon News] reforzando la idea de que, si bien la preparación militar es esencial, el enfoque principal sigue siendo lograr la paz a través de medios diplomáticos. Este impulso ha generado discusiones sobre la posible mediación internacional y el papel de actores externos en facilitar el diálogo.
Las consecuencias humanitarias del conflicto en curso son profundas. Mikati caracterizó el actual desplazamiento como potencialmente "el más grande en la historia de Líbano," [Elnashra.com] señalando el severo costo en la población civil. El gobierno enfrenta desafíos significativos a medida que miles huyen de sus hogares, lo que provoca la saturación de refugios. Mikati destacó que "tenemos 772 refugios que albergan a 118,000 personas," [النهار] lo que pone de manifiesto la urgente necesidad de recursos y apoyo para gestionar la afluencia de refugiados.
En respuesta a esta crisis, Mikati ha subrayado las responsabilidades del estado, asegurando que "el estado está cumpliendo con sus deberes dentro de sus capacidades." Esto incluye garantizar necesidades básicas como refugio, alimentación y atención médica para los afectados. El gobierno está colaborando incansablemente con diversas organizaciones para proporcionar ayuda esencial, al tiempo que apela por asistencia internacional, afirmando: "Pediremos a los países donantes que nos ayuden en estas difíciles circunstancias." [Elnashra.com]
A medida que Líbano enfrenta este abrumador desafío humanitario, el enfoque sigue siendo garantizar la seguridad y el bienestar de los individuos desplazados. El compromiso de Mikati con la transparencia en la distribución de ayuda es evidente, dado que afirmó: "Estamos trabajando para facilitar la entrada de donaciones siempre que conozcamos al donante," [صحيفة الشرق الأوسط] mostrando los esfuerzos del gobierno para gestionar efectivamente la asistencia entrante mientras mantiene la supervisión.
La respuesta de la comunidad internacional a los llamados de Líbano por paz y asistencia ha sido fundamental. Mikati expresó su gratitud por la solidaridad demostrada por las naciones vecinas y los socios internacionales, afirmando: "Irak renovó su firme y principiada posición en apoyo de Líbano." Este respaldo regional subraya la interconexión de las naciones de Oriente Medio y sus preocupaciones compartidas sobre la estabilidad y la seguridad.
Asimismo, el reconocimiento del Primer Ministro sobre las iniciativas diplomáticas globales es notable. Él declaró: "Todos los esfuerzos que se están realizando son apreciados," indicando que Líbano permanece receptivo a la mediación internacional, particularmente a la luz de las iniciativas propuestas por países como Qatar y Egipto, dirigidas a facilitar un alto el fuego. Esta disposición a colaborar ilustra el deseo de Líbano por un enfoque unificado para resolver la crisis en curso.
A medida que la situación continúa desarrollándose, la atención seguirá centrada en fomentar el diálogo y promover la paz. La afirmación de Mikati de que "Líbano todavía cree en la comunidad internacional y la legitimidad internacional" subraya la importancia del derecho internacional y la cooperación para lograr una resolución sostenible al conflicto.