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Las autoridades iraníes se encuentran actualmente considerando diversos "escenarios de respuesta" [صحيفة الشرق الأوسط] ante Israel en medio de las crecientes tensiones. El vicepresidente iraní, Mohammad Javad Zarif, ha afirmado que "los niveles más altos de liderazgo tomarán la decisión", subrayando un proceso de deliberación meticuloso en relación a su reacción. A raíz del fallecimiento de Abbas Neelvroushan, una figura clave de la Guardia Revolucionaria, el parlamento iraní ha presentado propuestas al Consejo de Seguridad Nacional para delinear un curso de acción apropiado. "El ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi, ha confirmado que Teherán responderá al asesinato del Comandante Adjunto de Operaciones de la Guardia Revolucionaria", enfatizando la gravedad de la situación.
Tras el asesinato de Nasrallah, la Guardia Revolucionaria iraní confirmó su deceso a causa de un ataque aéreo israelí, destacando el papel de Neelvroushan como "consultor de la Guardia Revolucionaria en Líbano". Este incidente ha generado una amplia indignación en Irán, donde los funcionarios aseguran que "el asesinato de Neelvroushan en Beirut no quedará sin respuesta". Llamados a la retaliación han resonado en los medios iraníes, reflejando una demanda unificada de responsabilidad por parte de Israel.
No obstante, el liderazgo iraní es plenamente consciente de las posibles repercusiones de un enfrentamiento directo. Como indicó Zarif, "Irán elegirá el momento adecuado para responder" [صحيفة الشرق الأوسط], sugiriendo una estrategia que busca equilibrar la asertividad con la precaución, un aspecto esencial para mantener la estabilidad regional en medio de las crecientes amenazas.
En la medida en que el gobierno iraní elabora su respuesta, han surgido "divisiones notables observadas en la reunión de emergencia de Khamenei" [النهار] entre los funcionarios. Los extremistas abogan por una retaliación contundente, mientras que los moderados, encabezados por el presidente Masoud Bezhakian, aconsejan una postura más cautelosa para evitar un conflicto más amplio. "Esta divergencia ha dejado a Irán y al Líder Supremo Ali Khamenei en una posición comprometida", resaltando la tensión entre una postura agresiva y la necesidad de prudencia diplomática.
Durante una sesión cerrada, los legisladores debatieron sobre estrategias para hacer frente a las acciones de Israel, reflejando un sentimiento generalizado entre los funcionarios iraníes que desconfían de un enfrentamiento militar directo. "El presidente iraní Masoud Bezhakian sostiene que Teherán no debe ser arrastrado a una guerra más amplia" [النهار], indicando una preferencia por respuestas más calculadas que prioricen los intereses a largo plazo de Irán sobre la represalia inmediata.
Esta discordia interna plantea interrogantes cruciales sobre la cohesión de la política exterior de Irán en su avance. Como reportó The New York Times, "Khamenei fue profundamente impactado por la muerte de Nasrallah", pero su liderazgo será puesto a prueba mientras navega estas divisiones, esforzándose por cumplir con los objetivos estratégicos de Irán.
Desde una perspectiva estratégica, el asesinato de Nasrallah representa un desafío significativo para Irán, que ha dependido durante mucho tiempo de Hezbollah como un aliado vital en sus aspiraciones regionales. El enfoque inmediato del liderazgo es "ayudar a Hezbollah a recuperar su fuerza", mientras se intensifican los esfuerzos por estabilizar su influencia en Líbano. Los informes sugieren que Irán tiene la intención de enviar comandantes de alto rango para asistir en la reorganización del liderazgo y las operaciones de Hezbollah, reflejando la urgencia de la situación.
Asimismo, las repercusiones regionales son profundas. Como han señalado los funcionarios iraníes, "la agresión flagrante de Israel representa una grave amenaza para la paz y la seguridad regional", subrayando el potencial de un conflicto más amplio si las tensiones continúan escalando. La respuesta de Irán será observada con atención por aliados y adversarios, con muchos anticipando que "Irán no dudará en ejercer sus derechos inherentes bajo el derecho internacional" [صحيفة الشرق الأوسط], lo que podría acarrear consecuencias impredecibles.
A medida que Irán se encuentra en un punto crítico, debe conciliar su deseo de retribución con las complejidades de su entorno geopolítico. Las decisiones que se tomen en las próximas semanas no solo definirán el rumbo de Irán, sino que también tendrán repercusiones de gran envergadura para toda la región, mientras la sombra del conflicto se cierne sobre ellos.